Al hablar del humano y de los principios de la historia, el libro del Génesis termina con la palabra ataúd, en Egipto. Levítico con la palabra monte.
Números, de Jericó, que traducido es, Facetas de la Luna.
Pero, no se compara con el final de Malaquías, maldición.
Los 400 años del silencio del cielo se quebraron en el polvo humano al escuchar las palabras de Juan el bautista.
Los labios de Dios habían permanecido sellados hasta ese momento.
Quizá los arcángeles se preguntaban que era lo que seguía.
Los profetas que existían no recibían palabras de Dios y con sus ojos ofuscados por el viento borrascoso de los tiempos, cerraban su boca sin nada que decir.
Aun se escuchaban los ecos del profeta Malaquías con la palabra final de sus escritos, maldición.
El antiguo testamento había revelado la palabra de Dios a Moisés hasta Malaquías, y pasando por cada uno de los 50 profetas registrados.
Todo se había detenido e 22485 versículos.
No había mas... Parecía que el río se había secado y la boca de Dios se había sellado, los profetas nacían y morían uno a uno, sin hablar. Sí los hubo, muchos profetas quizá, pero no hablaban porque Dios no hablaba.
No había sueños, ni visiones, ni palabra de Dios.
No era el problema de los visionarios, sino que el cielo no se abría para que bajara el mensaje de lo alto.
El atardecer había durado mas de 400 años.
Las lagrimas tardaban mucho en caer y mucho en secarse.
¿Había una esperanza? ¿Amanecería? ¿Por que no viene el Mesías?
Nunca se había deseado tanto la palabra de Dios, el consuelo divino.
A esto equivale la pagina en blanco entre los dos testamentos.. Solo recuerdos de los milagros anteriores y aquello de ataúd en Egipto, jornadas, monte, caras de luna y maldición.
No era la ultima la que tenia que suceder, en Mateo se menciona la sexta palabra, la cual es un nombre: Jesucristo.
El verbo, la palabra viva de Dios, ahora se presentaba en persona de la que habían escrito los profetas antiguos. No era un mensaje, era un señor, EL SEÑOR, EL MESÍAS, la Palabra limpiadora, sanadora y santificadora.
Todo los que se escribiera de allí en adelante, terminaría con el nombre de Dios: Amén, Apocalipsis 3:14. Y así se escribiría en Mateo, Marcos, Lucas y Juan, etc. Con excepción de tercera de Juan, Santiago y lógicamente el libro de los Hechos, el cual aún se esta escribiendo.
El nuevo testamento tiene 7597 versículos, los que nos hablan de ese hermoso mensaje que es la vida del Maestro y entre Testamento y Testamento se encuentra esa pagina blanca en la que solo se lee: Nuevo Testamento. Esta pagina marca la separación del silencio de Dios y la más hermosa Palabra que Dios haya hablado: Jesucristo.
Esta página en blando es un redoble a la majestuosa voz divina que dice: Jesucristo, Jesucristo.
Bendecido tú, Juan Bautista que señalaste en persona al verbo de Dios.
¡Rumbo a la Gloria!
José Carrera